Este miércoles asistí como ciudadano al pleno de la Diputación Provincial de Teruel. Teruel Existe presentó una moción para que la institución provincial rechazara el acuerdo del Consejo de Ministros de la semana anterior por el que se daba luz verde a la tramitación definitiva del Clúster del Maestrazgo. El resto de los partidos políticos representados en la diputación, -PSOE, PP y PAR-, decidieron votar en contra de la moción y todos coincidieron en el mismo argumento: Hay que respetar la decisión que tomen los ayuntamientos afectados.
Reconocieron explícitamente que las corporaciones locales son libres y dueñas de decidir si se implantan este tipo de proyectos en sus territorios. Resulta doloroso descubrir que los partidos que han tenido responsabilidades de gobierno en Aragón y España delegan sus responsabilidades en la toma de decisiones tan complejas en municipios cuyos alcaldes no cuentan con apenas medios y están asfixiados por una financiación injusta.
Además, el presidente de la diputación mostró una actitud cobarde al modificar su intención de voto excusándose en unas declaraciones sacadas de contexto por las que se sentía ofendido. Esas palabras no estaban en la moción. Sin embargo fueron la excusa perfecta para que el PP se posicionase en contra. Los alcaldes y concejales de la Asociación Viento Alto que acudieron masivamente aplaudieron únicamente esta moción; seguramente es para lo que fueron invitados. Como dije al principio, la clave de la cuestión es si la autonomía municipal es suficiente para justificar el ecocidio que va a suponer la construcción del Clúster en toda la Sierra del Maestrazgo. ¿Se imaginan ustedes que el PP o el PAR aceptasen la autonomía municipal de los consistorios catalanes cuando piden la independencia en declaraciones institucionales? ¿Se imaginan ustedes al PSOE durante la pandemia del COVID aceptando que los municipios madrileños, incluida la capital, no siguiesen las políticas de Salud Pública? Nadie en su sano juicio defendería estos absurdos. Pues bien, la autonomía municipal tiene sus límites en las propias competencias municipales. En nuestra sociedad democrática nadie entendería que un ayuntamiento tuviese capacidad de modificar políticas o no aplicarlas en cuestiones de independencia, singularidad fiscal, salud pública, educación, justicia, seguridad, infraestructuras básicas o patrimonio cultural y medio ambiente.
El Maestrazgo es un patrimonio natural y cultural que nos pertenece a todos y las políticas que le afecten no pueden ser tomadas exclusivamente en el ámbito local.
Otro tema importante que sustentaba el rechazo a esta moción fue la legitimidad democrática de los alcaldes elegidos para tomar esta decisión. Si bien es verdad que esto es incontestable, no es menos cierto que la protesta social y el rechazo a estos proyectos es mucho mayor de lo que ellos quisieran. En algunos de los ayuntamientos afectados no gobiernan otras opciones políticas que rechazan el proyecto por solo un voto; en otros se han tenido que coaligar PP y PSOE para gobernar. PP y PSOE, de enemigos acérrimos a nivel autonómico y estatal, pasaron a ser pareja de hecho gracias a la labor celestina de Forestalia y el padrino rico CIP. Por otra parte, no todos los ayuntamientos afectados por el clúster están en la Asociación Viento Alto, algunos se fueron y otros no llegaron a entrar. Tampoco se toma en consideración la opinión de los alcaldes de los municipios por los que discurre la línea de evacuación que sí han emprendido acciones judiciales contra el Clúster.
Como ciudadanos nos planteamos si nuestros representantes políticos nos consideran de primera o segunda en función del seguidismo que hagamos de sus directrices políticas. ¿Valen más los 1.000 y pico votantes de estos alcaldes que los 5.000 que firmaron alegaciones contra el Clúster? ¿Vale más la decisión de media docena de alcaldes que los compromisos y leyes nacionales e internacionales que han suscrito nuestros gobiernos?
Si se consuma este ecocidio, cuando acabe la fiesta de celebración y comience la resaca de la realidad, comprobando el destrozo causado en las montañas del Maestrazgo, muchos responsables políticos no podrán mirarles a los ojos a sus votantes.
Estas incoherencias y falta de respeto de algunos dirigentes políticos hacia los valores fundacionales y códigos éticos de sus partidos, no hacen más que alentar el hastío de la ciudadanía hacia la política y el crecimiento de opciones antisistema que ponen en riesgo nuestra frágil democracia.
Al Maestrazgo solo le queda una bala: la vía judicial iniciada por plataformas en defensa del territorio, organizaciones medioambientales, algunos particulares y el Movimiento Ciudadano de Teruel Existe, entre otros. Ojalá se sumen a partir de ahora más colectivos que inexplicablemente habían mirado para otro lado mientras se estaba produciendo este delito ambiental.
En la votación referida, Teruel Existe se quedó solo pero los otros partidos se retrataron en su cobardía e incoherencia utilizando como peones a sus alcaldes que ponen al servicio del verdadero rey de este tablero, que no es otro que el poder económico encarnado en los lobbies energéticos y los fondos de inversión internacionales.
Por favor, señores del PP, PAR y PSOE dejen de hablarnos de la autonomía municipal como coartada para las decisiones trascendentales que ustedes toman en los despachos de Zaragoza o Madrid y respondan de una vez a la pregunta que todos nos hacemos hoy: ¿A cambio de qué sacrifican nuestro territorio y nuestro patrimonio natural?
Los gobiernos de Aragón y España, por acción u omisión (PSOE, PAR, CHA, Sumar y Podemos) han condenado a muerte al Maestrazgo. Deseamos que la justicia española y europea no hagan lo mismo.
Señores políticos, les propongo que suban su apuesta suicida en esta huida hacia adelante defendiendo un modelo de transición ecocida e injusto. Insten a los órganos internos de sus partidos a revisar sus estatutos y sus códigos éticos modificándolos para que no hagan alusiones al equilibrio territorial, la igualdad de todos los españoles y los compromisos con el medio ambiente. Pidan inmediatamente a sus gobiernos, especialmente al nacional, que abandonen o se retiren de todos los compromisos y convenios internacionales en defensa del medio ambiente. Tal vez entonces nadie les podrá acusar de incoherencia ni cobardía.
Feliz verano y suerte para el Maestrazgo.