SOMOS PALESTINA
Desde la ruptura del alto el fuego en la Guerra de Gaza el pasado 17 de marzo por parte del Ejército israelí, el número de muertes se acerca ya a 1.400 personas, entorno a 350 niños y niñas.
La brutalidad de este genocidio no deja de crecer: órdenes de desalojo, bombardeos, ataques aéreos, desplazamientos forzados de población son la norma.
El día 7 de marzo fue atacada una carpa que alojaba periodistas palestinos, habiendo muerto ya tres de ellos y resultado heridos ocho más; son ya 211 los periodistas asesinados desde que comenzó la guerra, número nunca alcanzado en conflictos anteriores, lo que demuestra el propósito del Gobierno israelí de erradicar testigos y relatos de su barbarie.
Y no solo ser periodista es una profesión de riesgo en la Franja de Gaza, también lo es ser trabajador humanitario; Médicos sin Fronteras estima en 384 los cooperantes internacionales asesinados por el Ejército israelí; una cifra a la que hay que añadir 15 socorristas y trabajadores sanitarios quienes, a pesar de ir debidamente identificados, fueron vilmente asesinados en Rafah el pasado 23 de marzo y después enterrados en una fosa común.
Estamos convencidos de que se está produciendo una limpieza étnica en Gaza con la connivencia de los EEUU de América y la Unión Europea.
Desgraciadamente en el mundo impera la «ley del más fuerte» -el Derecho Internacional brilla por su ausencia- y contrastan los intentos por solucionar interesadamente la Guerra de Ucrania (allí el enemigo es fuerte) con los intentos por arrasar Palestina (allí el enemigo es aparentemente débil). Denunciamos el cinismo y la inmoralidad de la Administración de los EE.UU. de América al actuar en los conflictos internacionales en beneficio propio y no en el de los pueblos afectados; en su lugar, el resto de las naciones del mundo deberían unirse para garantizar el respeto a los Derechos Humanos, la justicia y la paz.
Es lamentable que no llegue el imperio de razones, palabras y votos para dar un final justo al conflicto entre Israel y Palestina. Existen las soluciones de los dos estados y la de un único estado, sin apartheid, con igualdad de derechos para israelíes y palestinos.
La sociedad mundial desea fervientemente que esa solución justa llegue pronto y clama por que las diplomacias del mundo estén a la altura de las circunstancias. Exige también que quienes en esta guerra han cometido crímenes de guerra y/o de lesa humanidad paguen por ello.