Según nos cuentan en na nota de prensa que nos envian ,La plataforma de afectados por el derrumbe del edificio del número 21 de la calle San Francisco de Teruel el pasado 13 de junio, aprobó ayer la contratación de su defensa jurídica y técnica con ASEMAS Mutua de Seguros y Reaseguros, una entidad que está especializada en arquitectura y a la que han accedido gracias a la colaboración del Colegio de Arquitectos de Teruel. Las conversaciones se están desarrollando para que ASEMAS inicie sus trabajos lo antes posible.
Por otro lado, el Ayuntamiento de Teruel ha nombrado a la hasta hace unos días concejal
Rocío Féliz de Vargas como interlocutora del consistorio ante la plataforma de afectados
para poder coordinar todas las acciones a seguir. En este sentido, ya se ha llevado a cabo
una reunión en la que entre otros temas, los vecinos han expuesto su preocupación porque
el desescombro se realice de tal forma que se puedan esclarecer las causas de lo sucedido,
y también recuperar cuantos enseres personales sea posible. En este sentido, han
solicitado la colaboración municipal para que el solar sea vigilado y no se produzcan
intrusiones ni robos, como ha sucedido en otros siniestros similares.
Tras la petición de los vecinos, el Ayuntamiento ha ofrecido su colaboración para facilitar
otras gestiones básicas, pero con gran impacto sobre la vida de los vecinos del número 21,
como la solicitud de su documentación personal, que no pudieron sacar por la urgencia con
la que se evacuó el edificio.
La plataforma también ha solicitado la devolución del IBI a los propietarios de la finca derrumbada, que justo se cobró el lunes 12 de junio.
El portavoz de la plataforma, Javier Carbó, destaca positivamente «la voluntad del
Ayuntamiento de Teruel para colaborar con nosotros y que haya una línea de directa para
que los vecinos podamos no solo plantear cuestiones concretas, sino también estar
informados y opinar sobre qué va a pasar con lo que queda del edificio».
Por otro lado, ayer lunes fueron realojadas dos familias mas en pisos de alquiler. Una estaba en San Nicolás de Bari y la otra en casa de familiares.
