Hay algunas novedades en el controvertido tema de los malos olores y el problema medioambiental que parece que están causando las balsas de desagüe de la empresa Jamones Albarracín, situadas cerca de la localidad del barrio pedáneo de Concud.
Esta mañana a la alcaldesa en Junta de Gobierno, en rueda de prensa tras la Junta de gobierno, ha contado que el esperado informe del INAGA ya ha llegado y que, tras él ,la tramitación de este tema ha pasado a ser una tramitación más simplificada. El propio INAGA ahora será requerido para decir qué condiciones concretas deben tener las balsas para ser legalizadas o no.
Aparte de esto, y para tener el cuadro de datos más completo, la alcaldesa Buj ha contado que se ha encargado un estudio olfatométrico para cuantificar las molestias olfativas que dichas balsas causan en su entorno. Pueden escuchar las palabras exactas de la alcaldesa en el video de más abajo
Aparte de esto, durante la semana pasada vecinos del barrio de Concud nos hicieron llegar un nuevo video de vertidos que pueden ver más abajo.Su publicación en redes ha causado cierta controversia
Y también la semana pasada la empresa citada dio a conocer en la Cadena SER la existencia de un informe técnico que dice que sus balsas no son el origen de la filtración, lo cual , de ser cierto, abriría otro nuevo escenario (¿de dónde son esos vertidos?).
La empresa nos ha hecho llegar dicho informe y una nota de prensa al resto de medios de comunicación y nos dicen lo siguiente (adjuntamos tambien el informe íntegro que nos ha remitido la empresa):
El informe de una empresa externa encargado por Jamones Albarracín revela que no existe ninguna fuga en las balsas de Concud
El agua que aparece en el barranco cercano no proviene de las balsas, puesto que la salinidad del agua disminuye aguas arriba, así como la temperatura desciende.
El informe también determina que la salinidad del agua se debe a una veta antigua de sal que se encuentra en el terreno.
El informe que Jamones Albarracín ha encargado a la empresa especializada Fugatec revela que no existe ninguna fuga en las balsas próximas al barrio de Concud. Esta instalación quedó plenamente sellada e impermeabilizada tras la inversión de cerca de un millón de euros que realizó la compañía turolense para subsanar un problema puntual de fugas.
Dicho informe, elaborado a partir de mediciones con termografía láser, señala que el agua que aparece en el barranco cercano no proviene de las balsas, puesto que la salinidad del agua disminuye aguas arriba, así como la temperatura desciende. En el caso de que el agua proviniera de las balsas, la manifestación sería inversa.
El documento elaborado por expertos también determina que el motivo de la salinidad del agua se debe a una veta antigua de sal que se encuentra en el terreno. Asimismo, concluye que la causa puede ser una fuga anterior, mientras que el aumento del caudal de agua con respecto al año pasado se explicaría por el incremento reciente de las lluvias.
La CEO de Jamones Albarracín, Isabel Dobón, ha recordado que, desde el momento en que se detectó esta filtración puntual, la empresa implantó un nuevo sistema de impermeabilización mediante una importante obra, además de contratar una compañía externa para llevar a cabo limpiezas exhaustivas cada mes y pedir todos los permisos oportunos a la Confederación Hidrográfica del Júcar para limpiar y acondicionar el barranco colindante.
Tanto este informe como todos los relativos a las actuaciones realizadas en las balsas se han aportado al expediente del Ayuntamiento de Teruel, al que la empresa insta a tomar una decisión con celeridad sobre la situación en la que quedan esta instalación. “Hemos hecho todo lo necesario para acabar con la filtración y ahora hay que solucionar esta situación de indefinición administrativa, puesto que tenemos que dar luz verde a nuevas inversiones por valor de seis millones de euros, para lo cual necesitamos tener resuelto este asunto”, ha puntualizado.
Todas estas medidas han propiciado el fin de las fugas en las balsas. En paralelo, Jamones Albarracín apuesta por la innovación para reducir su huella ecológica, por lo que está probando varios sistemas piloto para mejorar la calidad del agua, reducir su consumo y, por ende, el vertido a las balsas de Concud. “Nos situamos a la vanguardia del sector a nivel nacional en el uso de tecnología, lo cual nos ha llevado a realizar importantes inversiones en nuestras plantas de Teruel y destinar todos los medios disponibles a dar una solución definitiva a la situación de las balsas”, ha explicado.
La responsable también ha recordado que la instalación de una depuradora en la planta de Jamones Albarracín no es un solución viable, puesto que el alto contenido de sal impide actuar a las bacterias que depuran el agua. Por el mismo motivo, esas aguas no pueden depositarse en una depuradora convencional.
Asimismo, Dobón ha recordado que la empresa siempre ha actuado en favor del interés general, puesto que las nuevas balsas se construyeron para poder reparar la que sí presentaba una fuga. “En aquel momento, marcado por la pandemia, teníamos que sacar el agua de la balsa para repararla y no podíamos permitir que el proceso se demorase por trabas administrativas, puesto que las consecuencias medioambientales podrían haber sido nefastas”, ha señalado Dobón, quien ha recordado que este trámite se llevó a cabo mediante declaración responsable, “siguiendo todos los procedimientos legales ante el Ayuntamiento”.
Sobre el agua de las balsas, la CEO de Jamones Albarracín ha reiterado que no contiene ni sangre ni restos de carne, puesto que en sus instalaciones los jamones ya entran limpios, y no hay manipulación ni despiece del producto. El color rosaceo del agua al que aluden algunos vecinos se debe a la salinidad, pero en ningún caso a la presencia de sangre. “En nuestra planta no entra ni una gota de sangre. Invitamos a los vecinos de Concud y a todo aquel que lo desee a visitar nuestras instalaciones y conocer nuestros procesos para constatarlo, puesto que llevamos nueve años realizando la misma actividad en torno a las balsas y nunca nadie nos había comunicado su malestar”, ha indicado.
Por todo ello, ha lamentado que el representante de la Asociación de Vecinos de Caudé, Fernando Belenchón nunca haya solicitado una reunión en las instalaciones de la empresa, puesto que, hasta el momento, “muchas de las personas que están hablando de esta situación lo hacen desde el desconocimiento y no han mostrado nunca interés por conocer qué medidas hemos llevado a cabo para solucionar este problema”.
Jamones Albarracín ha realizado inversiones por valor de 50 millones de euros en Teruel, donde da trabajo a más de 150 personas. Tras una reciente inversión de cinco millones, la empresa avanza en la construcción de una nueva planta anexa a la que dispone en la calle Nápoles de Platea, que le permitirá ampliar su capacidad productiva en 300.000 piezas, hasta los 3,6 millones al año, y aumentar significativamente su plantilla. Con estos movimientos, consolida su posición como el mayor secadero a maquila de jamón y paleta de cerdo blanco en España.