El pasado sábado 23 de abril, se nos invitó a los turolenses a dar nuestra opinión ante el
contenido del artículo “De vaquillas del Ángel a plazas desangeladas”, y por ello aprovecho la ocasión para pronunciarme al respecto.
La aportación de ideas e iniciativas ciudadanas que mejoren la convivencia de nuestra ciudad, siempre son bien recibidas, a pesar de poder encontrar detractores y partidarios de las mismas.
Teruel, a pesar de ser una ciudad pequeña, tiene la capacidad suficiente para poder acoger las múltiples actividades que se realizan a lo largo del año, y para ello debe ser una ciudad lo más funcional posible. Es posible que usted no sea la única persona a la que no le gustan algunos de los rincones de nuestra ciudad, pero lo que no pasa desapercibido en su artículo del pasado día 23, es la actitud clara de culpabilizar a nuestra Vaquilla del Ángel de ser el eje central en cuanto al diseño de la misma.
Para defender su postura, no hace falta ofender a otros, por ello yo me pregunto ¿no será que a usted no le gustan las fiestas mayores de esta ciudad?, o más bien ¿es que no le gusta que se celebren en el corazón de la misma?, porque en su relato, no nombra ninguna fiesta más de todas las que se celebran a lo largo del año en Teruel.
Para mejorar la estética de una ciudad hay que buscar las opciones más versátiles, y es verdad que las plantas son un elemento que ayuda a armonizar los espacios, es por ello que no logro entender su forma de menospreciar la colocación de jardineras “de quita y pon”, ¿acaso no son plantas?
Y para reafirmarme en todo lo dicho hasta el momento, tengo que dar mi enhorabuena a quien haya tenido la brillante idea de celebrar en La Plaza de la Marquesa unas jornadas de Jazz, por cierto, muy bien acogidas por el público turolense, y en mi opinión, todo un acierto para cualquier representación teatral, cultural o musical que se precie, aportando un plus, y dando aún más vida al patrimonio de esta nuestra ciudad.
