El Museo de Zaragoza ha inaugurado este viernes la exposición ‘Pertegaz y la lana. Del uso tradicional a la alta costura’, que reúne doce modelos creados por el diseñador de moda turolense y que podrá visitarse hasta el 14 de octubre en la Sección de Etnología, situada en la Casa Pirenaica en el Parque Grande José Antonio Labordeta.
Entender el uso de la lana en Teruel es entender por qué luego el modisto la usó como un material flexible, lujoso y confortable. Esta exposición permite ver de cerca acabados, colores y texturas. Y entender por qué, entre una anónima saya bajera y un abrigo de Pertegaz, hay un siglo, pero también la misma voluntad de perdurar.
En la muestra se pueden ver por primera vez en Zaragoza doce modelos de Pertegaz, creados entre los años 60 y 70, usando la lana como material principal. Son piezas (vestidos, abrigos, chaquetas) que en manos del genial modista turolense se convierten en modelos exquisitos. En ellos, la lana cobra vida, se vuelve lujosa, tanto como exige la alta costura. Acompañan la muestra cuatro sombreros que usan en todo o en parte la lana como material principal.
Para continuar con el juego de contrastes, por la parte de la indumentaria tradicional se exponen piezas de uso cotidiano, algunas de más de un siglo de antigüedad, lo más alejadas posible del concepto de alta costura: varias mantas de pastor de tintes y diseños variados; dos refajos de la colección de Somerondón, que sorprenden por su diseño y colorido; o varios mantones de lana con estampados que van de las franjas a los motivos de cachemires.
En los paneles que acompañan y contextualizan la exposición, se explica el territorio de Teruel como hilo conductor, con sus ovejas de lana merina, su tradición de trashumancia y sus prendas tradicionales recias, duraderas, pero también estéticas. En este viaje, la lana como material cobra forma en prendas centenarias, pero que conservan su forma y sus colores, y dialoga con esas otras prendas, las creadas por el maestro turolense Manuel Pertegaz, que son un prodigio de arquitectura textil.
El modisto convivió durante su infancia en Olba, su localidad natal, con la lana en todas sus formas. Tal vez por eso la recuperó luego, cuando era un creador consagrado. En sus manos ese material cobra vida, se vuelve lujoso, tanto como exige la alta costura.