Hace unos días supimos del ataque de unos piratas al buque de la armada española “Patiño”.También supimos que los marineros respondieron en condiciones. O sea, a tiros.
Con las informaciones posteriores, siempre fuera de la prensa del anterior régimen, también hemos sabido que no era la primera vez que los piratas atacaban y provocaban a los barcos españoles. Y que el capitán pedía instrucciones a Madrid. Y que en Madrid, la ministra, blandita, suavecita, según el manual de la alianza de civilizaciones ordenaba al capitán no repeler ni contestar a las provocaciones. Que pasara sin mirar, que disimulara, etc. Que dialogo y talante con los señores piratas, vaya.
Y ahí tiene a los infantes de marina españoles hablando a los piratas de futbol, invitándoles a merendar o incluso nombrando a los señores piratas, musulmanes, lo malito que esta todo. Todo sea por la paz, la alianza de civilizaciones y la suavidad internacional.
Pero en España hay elecciones. Y cambian de Ministro y de partido del gobierno. Y ahora en el ministerio de defensa mandan los que arreglaron lo del islote de perejil por la vía directa.
Y esos piratas, que no leen los periódicos, que atacan de nuevo al buque de guerra español. Y que le disparan. Y que se ríen como siempre, ante la falta de respuesta.
Y esta vez, hinchaditos los piratas, que quieren subir al barco. Abordarlo, vaya.Es lo que tiene el valor que da ir borrachos como piojos, que es lo que tienen los piratas
Y ese capitán que llama, otra vez, a Madrid, a pedir instrucciones. Y esta vez le dicen que dispare a dar. Que repela la agresión. Y ese capitán que no se lo cree y pide confirmación. Y que se la dan. Que repela la agresión.
Y esos infantes de marina que avisan con disparos de advertencia a los piratas. Y los piratas que no leen los periódicos, que se creen que los españoles, siempre blanditos, suavecitos y temerosos, van de farol.
Y los piratas que tiran a dar. Y hasta ahí. El capitán que ordena repeler. 45 segundos después, un pirata muerto y cinco detenidos para ser juzgados como Dios(que no Ala) manda
Y una dosis de autoestima para la Marina Española como hacia años que no tenían. Y el respeto. A partir de ahora, los piratas leerán el periódico porque ya saben que atacar a la Marina Española es “pupita”. Mucha