La central térmica “Teruel”, junto a Compostilla II, Soto II, Anllares y Elcogas podrían cerrar definitivamente este año, una decisión que deben tomar las eléctricas el próximo mes de octubre, preocupante noticia para la comarca de Andorra en particular y la provincia en general que desvela en su edición de este viernes el diario “El Economista”.
En los casos de Compostilla II y Teruel, asegura el citado rotativo, Endesa ya tiene incluso provisionado en sus cuentas el cierre de dichas centrales, pero fuentes de la compañía aseguran que la decisión no está tomada y que se espera hasta el último minuto. No obstante, la empresa ya incluía en el folleto de la emisión en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que «en el período de nueve meses terminado el 30 de septiembre de 2014 se han dotado provisiones por importe de 162 millones de euros, de los cuales, 96 millones corresponden a la dotación de provisiones por desmantelamiento de las centrales de carbón de Compostilla GIII, GIV y GV y Teruel GI, GII y GIII», siempre según “El Economista”.
El Ministerio sigue sin aprobar la orden ministerial que regula las ayudas para la desnitrificación y las eléctricas tienen que comunicarle el 1 de octubre los cierres de centrales previstos. Por el momento, en un primer paso, las compañías ya presentaron un listado de centrales acogidas a las llamadas 20.000 horas de operación. Todas ellas debían cerrar el 31 de diciembre de 2015, pero el Gobierno dejó esta puerta de salida a las que todavía pueden acceder a algunas de estas plantas.
La térmica “Teruel”, auténtico motor económico de la zona, entró en funcionamiento en 1981, y tiene una potencia de 1.101,4 MW. Consta de tres grupos de generación y utiliza el lignito como combustible; en sus inicios causó polémica su presunta contaminación que afectaba a zonas de Castellón, hasta que en 1992 fue equipada con filtros para eliminar del dióxido de azufre generado en la combustión.
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