La Dirección General de Consumo recuerda las recomendaciones para seleccionar un gimnasio acorde a las necesidades del usuario
Las nuevas matriculaciones en gimnasios se multiplican al finalizar el periodo de vacaciones estivales. Por eso, desde la Dirección General de Consumo se recuerda que hay una serie de recomendaciones a tener en cuenta a la hora de seleccionar este tipo de centros y servicios.
En primer lugar, se debe comprobar el estado y el equipamiento de las instalaciones para la práctica de las actividades que se ofertan, tanto en lo que se refiere a los aparatos y salas como a otros servicios complementarios que pueden existir (sauna, jacuzzi, aparatos bronceadores…) y a las instalaciones generales (vestuarios, taquillas etc.).
Otro aspecto a tener en cuenta es la diversidad de los servicios ofertados, por lo que hay que comprobar que el centro lleva a cabo las actividades más adecuadas para el perfil del usuario, y la posibilidad de variar entre unas y otras. También es importante el asesoramiento médico deportivo para practicar los ejercicios adecuadamente, evitar así posibles lesiones y escoger las actividades más acordes al estado físico individual.
Además, hay que contar con la preparación profesional y la atención personalizada de los monitores especializados en las disciplinas que se elijan, la atención al cliente en general, la gama de horarios para encontrar el que más se adapte a las necesidades y, en su caso, la flexibilidad horaria.
La información sobre tarifas y matrícula debe ser clara, al igual que sobre las formas de pago, y también es importante informarse de los procedimientos para darse de baja o si el gimnasio ofrece la posibilidad de suspender voluntariamente durante algunos periodos de tiempo el servicio por parte del usuario y el coste de esa suspensión.
Por último, el gimnasio debe entregar un contrato en el que se expresen las condiciones, requisitos, tarifas y procedimiento de baja, es decir, con todos los elementos esenciales del mismo. En algunos gimnasios se entrega un folleto o catálogo en el que se hacen constar los precios y tarifas de sus servicios. En ellos, se informa sobre los distintos servicios que ofrece el establecimiento así como de los horarios de las actividades deportivas; también informan sobre las distintas actividades, su dificultad, las normas de uso de las instalaciones y una serie de recomendaciones generales para los usuarios. El consumidor debe saber que todo ello no sustituye al contrato.