¿De verdad se va a permitir que perdamos un valor de patrimonio cultural como las instalaciones y estructuras arquitectónicas de la Central Térmica de Andorra? ¿Sobran o faltan oportunidades en esta tierra?
Teruel no puede perder más oportunidades. Muchos turolenses (y también aragoneses), y no sólo los que formamos Teruel Existe, coincidimos que estamos ante una disyuntiva histórica en el devenir de un recurso que, en próximas fechas, será casi único en España. Singular por su tipología arquitectónica e industrial. Un recurso excepcional que, con un tratamiento adecuado, actuaría de impulso, de icono incluso, para un proyecto estratégico, tan necesario, en las comarcas del norte de Teruel.
Los inmuebles, las torres, la chimenea y las instalaciones de la Central Térmica, junto al paisaje de los espacios mineros, son activos, recursos excepcionales únicos, quizá irrepetibles en Europa, un patrimonio cultural industrial y territorial con enorme potencial para proyectos de conservación y divulgación, y para estrategias de desarrollo turístico sostenible.
Si levantamos un poco la vista en el horizonte para mirar en el patrimonio industrial europeo, y en el tiempo para tener perspectiva, veremos que en el contexto de transición energética, la central de Andorra representa más una fortaleza que una debilidad, que es una oportunidad y no una amenaza.
Para confirmar este enfoque es aleccionador conocer ejemplos de una segunda vida que han tenido algunos espacios industriales, proyectos consolidados, de éxito. Como la espectacular área de Dolní Vítkovice recuperando un complejo minero-industrial en la República Checa, la emblemática TATE Modern de Londres, MAC en Châtellerault, antigua fábrica de armas en Francia, o las reconocidas actuaciones en Alemania para recuperar los baldíos mineros e industriales, como el Parque Emscher, la gran actuación paisajística en la cuenca del Ruhr.
En España hay ejemplos de menor dimensión, centrados sobre todo en funciones museísticas y culturales. Muchos proyectos son actuaciones muy valiosas de las que debemos aprender. En relación con el patrimonio minero existen ejemplos muy cercanos que albergan un potencial importante, en Teruel el Museo minero de Escucha y el Parque minero de Utrillas, en Zaragoza el Museo de la mina de Mequinenza. En otras regiones españolas encontramos ejemplos como el Museo de la Minería y la Industria en Asturias, los parques mineros de Riotinto y Almadén, el Museo de la Energía La Fábrica de Luz en Ponferrada y el Museo de la Siderurgia en Asturias. Uno de los centros con mayor antigüedad es el Museo Nacional de la Ciencia y de la Técnica de Cataluña (mNATEC), cuya sede se ubica en una antigua fábrica textil modernista de Terrassa rehabilitada, cuyo objetivo es preservar y difundir el patrimonio científico, técnico e industrial catalán y mostrar su incidencia social. Con una filosofía semejante pero localizados en capitales, existen edificios industriales que hoy, una vez rehabilitados, son sedes de centros culturales de referencia en España: Tabakalera (San Sebastián), CaixaForum en Madrid y Barcelona.
Más allá de estos ejemplos para mostrar una tendencia en la recuperación del patrimonio y en la construcción de recursos culturales y turísticos, centros cuya capacidad de atracción de visitantes es interregional e internacional, la propuesta de Teruel Existe para la Central Térmica Teruel en Andorra no se plantea como una decisión aislada sobre el patrimonio industrial, sino que se justifica en un objetivo más amplio: conseguir que la incorporación de Andorra y las comarcas turolenses a la transición energética garantice un desarrollo basado en la industria verde, y en servicios sustentados en el patrimonio cultural y en el potencial de una Geología reconocida mundialmente. Buscamos tanto la creación de empleo estable de calidad como la generación de oportunidades para todos.
Nuestra principal preocupación en este proceso son las personas que han trabajado para la central térmica y viven en Andorra y en las comarcas vecinas, que necesitan tener trabajo desde ya, empleos dignos, oportunidades claras y horizontes de futuro. Es necesario clarificar el escenario. Sin demolición, tanto la plataforma de la central, como las playas de carbón y el conjunto de las instalaciones necesitan unas complejas labores de descontaminación, de limpieza, los edificios deben restaurarse, … Esto significa actividad, empresas especializadas y puestos de trabajo, ahora mismo, para la población de Andorra y la comarca.
Por otro lado, la posición de Teruel Existe no es una cuestión singular ni testimonial, sino que está al lado, comparte criterios y objetivos con las iniciativas que desde hace un año han defendido organizaciones como Ecología y Desarrollo, el Colegio de Arquitectos de Aragón, profesores universitarios, el Colegio de Arquitectos Técnicos y Aparejadores de Zaragoza, Rolde de Estudios Aragoneses, personas individuales y las asociaciones de defensa del patrimonio como APUDEPA o INCUNA. Estas entidades hicieron público su manifiesto con un título que es una declaración de principios: “Una nueva vida para la Central Térmica de Andorra. Por qué no debemos desmantelar sus instalaciones”.
Beatriz Martín Larred. Senadora de la Agrupación de electores Teruel Existe
