MEMORIA CORTA, CHIMENEA LARGA
El próximo jueves se ha programado el derribo de la Chimenea de la Central Térmica de Andorra. Con 343 metros de altura, es la segunda estructura de hormigón más alta de España. Un icono en el Bajo Aragón por sus más de 40 años de funcionamiento, hasta 2020. El cierre de la Central junto con el anterior cierre de las minas, supuso la destrucción de más de un millar de puestos de trabajo, provocando una crisis económica sin precedentes en la comarca aún por resolver.
Tras el cierre, el paso siguiente fue la demolición de las torres de refrigeración en mayo del año pasado, demolición llevada a cabo a pesar de las demandas de un importante sector de la sociedad que reclamaba su conservación y la reconversión del edificio para dotarlo de una segunda vida, como parte integrante del Patrimonio Industrial de Aragón. Así lo han solicitado la Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero (SEDPGYM), la Asociación en Defensa del Patrimonio Aragonés (APUDEPA), la Plataforma en Defensa de la Central Térmica de Andorra, la Asociación de Estudios Aragoneses ROLDE, ECODES, Teruel Existe y numerosos científicos y particulares, entre otros. Incluso se elaboró un manifiesto en febrero de 2020 donde se solicitaba su conservación y se planteaba un buen número de alternativas, de índole económico, social, cultural,… para dar a las torres un nuevo uso.
Pero como ya sabemos, “no hay peor sordo que el que no quiere oír”, y es exactamente lo que ocurrió con el Ayuntamiento de Andorra y con la Dirección General de Patrimonio Cultural del Gobierno de Aragón, supuestamente garantes institucionales de la cultura y del patrimonio, instituciones con capacidad de cambiar la suerte de las instalaciones de la central. Con haberlo declarado Bien de interés Cultural podrían haber evitado su destrucción pero hicieron caso omiso
Por otro lado, al holding energético ENDESA-ENEL, propietario de las instalaciones, Teruel Existe le demandó conservar la Central que tantos ingresos le proporcionó en su día, y comprometerse manera activa con el fomento del desarrollo local, convirtiéndose en adalid de un proyecto didáctico, turístico, cultural y patrimonial. Pero ENDESA, a diferencia de lo que ha hecho en otros lugares, no demostró interés alguno por las propuestas sugeridas, escurriendo el bulto y argumentando un discutible coste económico excesivo de mantenimiento.
Así, la hoja de ruta del desmantelamiento continúa con el anuncio de la voladura de la chimenea el día 16 de febrero y se prevé que continuará dos años más hasta completar el desmonte de la antigua Central Térmica.
Borrar la Central de la faz de la tierra es la única opción que contemplan las instituciones y la compañía energética que desde hace un tiempo inició la campaña de lavado de imagen, alegando la transición de una energía negra y sucia a la verde y limpia. Olvidan que durante años se beneficiaron de la primera de la que quieren desvincularse a toda costa, Cabe recordar que la de Andorra fue una de las centrales más contaminantes de Europa, responsable de la emisión de millones de toneladas de CO2 a la atmósfera y de potentes expulsiones de azufre que emponzoñaron el aire y afectaron a cientos de miles de hectáreas de bosque y a los habitantes de muchas zonas. Estos hechos llevaron a los responsables a responder ante la justicia, y se saldaron con una sentencia de cárcel, así como con considerables multas.
No puedo dejar de pensar que, si terminan desmantelando completamente la Central Térmica, se arrasa parte de la identidad del pueblo andorrano, de la comarca y de la provincia de Teruel, de las que se borra su pasado minero. Por todo ello, desde Teruel Existe seguimos pidiendo que recapaciten y salven la chimenea.
Quieren acabar una historia, hacer borrón y cuenta nueva, inaugurando un nuevo capítulo de la trayectoria energética de Andorra, ocupando mucha más superficie con una Central Fotovoltaica, con pocas visas de generar empleo, dibujando en el territorio un futuro poco esperanzador para un pueblo condicionado por el extractivismo de sus recursos. Prima el negocio mientras funciona, no parece haber más responsabilidad con el territorio ni con sus pobladores, porque conservar la Central es compatible con los futuros proyectos.
Un futuro incierto se cierne sobre nosotros, y nos preguntamos si llegará a ser más oscuro que el carbón de antaño. Sabemos que en el nombre de las energías limpias se invade Teruel, apostando todo a una única carta, con afecciones al sector agrícola, al turismo, a la gestión forestal… Una jugada diseñada desde algún despacho, donde ni nos conocen ni les importamos,como bien demuestran con la voladura de la Central.
Paula Navarro. Arqueóloga y miembro de la ejecutiva de Teruel Existe
14/02/2023
