La Asociación de Amigas y Amigos de los Árboles de Teruel, ACACIA ha presentado ante el Justicia de Aragón una queja por la intervención que el Ayuntamiento de Teruel pretende llevar a cabo en las calles Barbastro, San Vicente de Paul y San Fernando que conllevan la tala de numerosos árboles: plátanos de paseo de unos 25 años y fresnos y sóforas de alrededor de 80. Con fecha 27 de noviembre de 2020 esta Asociación presentó alegaciones ante el consistorio solicitando que se considerase mantener los árboles más longevos y en condiciones adecuadas. Así mismo se presentó un listado de especies que se podían utilizar en los casos de reposición para diversificar el tipo de arbolado y evitar de este modo la propagación de plagas.
Todas estas propuestas han sido rechazadas así como las presentadas a título individual por otros ciudadanos.
Con fecha 23 de septiembre de 2020, el Ayuntamiento de Teruel tras otra queja presentada por nuestra Asociación recibió esta sugerencia de El Justicia de Aragón:
Primera,- Que en sucesivas intervenciones urbanísticas que promueva autorice o tutele el Ayuntamiento de Teruel vele por el respeto y la conservación de los árboles que puedan verse afectados, teniéndolos en cuenta en los proyectos de las obras como un elemento esencial en la ordenación urbana digno de protección y con peso específico a la hora de marcar las prioridades de actuación.
Fue el propio Ayuntamiento quien le respondió indicando que “ en los Proyectos que se estudian y ejecutan se analiza con mucho detenimiento la afección a árboles existentes, estudiando diferentes alternativas que permitan minimizar este impacto y procediendo a su retirada sólo en última instancia”
Ante la rotunda negativa del Ayuntamiento a revisar la citada actuación en las calles Barbastro, San Vicente de Paul y San Fernando, entendemos no se desoye la sugerencia de El Justicia de Aragón y se incumple la resolución aceptada por el propio Ayuntamiento. No creemos que la única alternativa sea la retirada de todos esos árboles.
Añadir que en nuestra ciudad seguimos sin contar con una normativa que proteja el arbolado de la ciudad lo que deja una puerta abierta a intervenciones poco respetuosas con los árboles a los que se considera a menudo como mobiliario y no como seres vivos a cuidar.