Hace solo unas semanas alertábamos del tsunami de instalaciones renovables que se nos venía encima en Aragón. Advertíamos en 2023 que el INAGA y sus empresas «colaboradoras» darían luz verde a todas las instalaciones renovables en trámite. Y así ha sido. Según datos recopilados por el Movimiento ciudadano Teruel Existe, sólo un 4 % de los expedientes de nuevas instalaciones de renovables fueron desestimados por dicho organismo, capitaneado entonces como director por Jesús Lobera.
Faltaba el último acto de este magistral plan y el pasado día 25 de julio se confirmó: El Gobierno de Aragón (ahora del PP, partido que hace un año, en campaña electoral, era tan crítico con todo este despliegue) tramitó las autorizaciones administrativas de construcción de todas las instalaciones pendientes, con DIA favorable, en total más de 11.000 MW. El broche final. No se dejaron nada en el plato, rebañaron hasta el último MW.
Además, el Miteco (Ministerio para la Transición Energética y Reto Ecológico) aprobó en tierras aragonesas cerca de 2.500 MW, poniendo la guinda del pastel de la insostenibilidad con el Clúster Maestrazgo, pretendiendo arrasar una de las sierras más valiosas de España. Y cuidado, aún quedan unos cuantos más (Matarraña, Jiloca, Albarracín…).
El bipartidismo, con apoyo del PAR, se ha propuesto convertir Aragón en la pila de España, devastando el medio rural y su patrimonio. Sin olvidar la inacción en su día de los socios de Gobierno de Lambán (CHA y Podemos, los convidados de piedra, figuras clave, críticos hoy con el actual despliegue, pero tibios y permisivos mientras calentaban sus cómodos silloncicos).
Los inquilinos del “Lobbierno de Aragón”, durante 4 años, prometieron una ordenación territorial para las renovables mientras aprobaban cientos de instalaciones eólicas y fotovoltaicas con sus correspondientes líneas de media y alta tensión, y los nuevos inquilinos, después de un año, siguen sin realizar la ordenación. No se ha visto mayor tomadura de pelo en Aragón con semejante unanimidad política PP-PSOE-PAR desde los tiempos de Gran Scala (algunos incluso son los mismos actores, ¿les suena?).
La mayor parte de la sociedad aragonesa lo desconoce y ni se imagina el alcance de los planes, que destruirán el paisaje de prácticamente todas las comarcas aragonesas (la mitad de los municipios de Aragón, en torno a 360). Se darán cuenta tarde, porque esto va a pasar muy rápido y a la vez en todas partes. Sí, en el pueblo de los abuelos donde ibas de vacaciones. La carretera de toda la vida, a los dos lados. Aquella montaña, llena. Y el valle también. No, no pisaréis una sola montaña en Aragón sin que se divise un parque eólico o fotovoltaico. Olvidaos de las fotos tipo postal de nuestras montañas. Sólo las podréis hacer (con suerte) en el Pirineo.
Aragón ha sido vendida en una especie de mercantilización de la naturaleza nunca vista, una desamortización encubierta, aprovechando un movimiento ecologista más ambiguo, silencioso y dividido que nunca. El lamento continuo de la falta de futuro del entorno rural, la falta de inversiones, el abandono y la muerte lenta de los pueblos, se han provechado de todo ello. Tu patrimonio natural y cultural y el mío, los paisajes de nuestras vidas y los que no disfrutarán nunca nuestros hijos, todo.
Desconocen igualmente que la pila más grande de España se llama Extremadura. ¿A que no lo dirían por su desarrollo o su PIB? Pues aquí nos vienen con el mismo cuentito. Que todos nos haremos ricos.
Con un apoyo político directo y reconocido a la aprobación rapidita de cientos de instalaciones, han pasado por encima de miles de alegaciones silenciosas a proyectos eólicos y fotovoltaicos, aprobando cientos de ellos con un maquillaje ambiental malo y barato (solo hay que ver los datos de mortalidad en parques eólicos del Centro de Recuperación de Fauna Salvaje de La Alfranca) en una auténtica carrera de pollos sin cabeza. Porque lo único cierto en todo este asunto es que llevamos 4 años con el plan energético de Aragón caducado, como un yogur al fondo de la nevera, con objetivos de instalación de potencia eólica y fotovoltaica sobrepasados, equivalente a los de varias comunidades autónomas juntas. ¿Va a cargar Aragón con todo el peso de la mal llamada transición «ecológica y justa»? Proponemos prohibir por Ley el oxímoron “transición ecológica y justa”.
A esta burbuja inmensa le dan continuidad con hibridación con fotovoltaicas, almacenamiento, proyectos de hidrógeno que destruyen las moléculas de millones de litros de agua, y por si no tuviésemos suficiente, ahora se suma una nueva, la de los centros de datos. Todas estas burbujas de especulación encadenadas van detrás de un desarrollo renovable no tripulado… ¿O muy bien dirigido?… Sólo hay que ver dónde trabajan ahora los cargos que hace cuatro días pilotaban esta comunidad.
Señores del “Lobbierno de Aragón”, han permitido todo esto sin un triste folio de ordenación territorial vinculante, efectiva y específica para un despliegue que se lleva a cabo en su totalidad, a sabiendas, sobre tierras agrícolas, montes privados y montes de utilidad pública. De industrialización nada, una “chatarrerización” por la puerta de atrás, sin control alguno, para regocijo de las empresas y las puertas giratorias que parece han funcionado a las mil maravillas.
Después de regalar los recursos eólicos y solares a las comunidades vecinas y ricas, ahora suenan campanas de instalaciones para un supuesto autoconsumo industrial. Después de permitir cientos de instalaciones que evacuan su energía en el País Vasco, Cataluña y Comunidad Valenciana, mediante auténticas líneas de transporte, según fardaba Forestalia en sus mega proyectos, ahora (pero inspirado desde Lamban) se inventan un supuesto falso autoconsumo con centrales de renovables. Y quieren más. No descansarán hasta ver Aragón plagado de macro instalaciones eólicas y fotovoltaicas.
Para qué se emplee la energía, eso ya es otro cantar. Porque la electrificación real de la economía ni está ni se le espera, sobra energía y por eso se paran los molinos. Y si hay que inventarse 20 centros de datos para dilapidar agua y energía se inventan. O cuantas instalaciones de hidrógeno hagan falta. La cuestión es gastar energía eléctrica para que la “inversión” no se asuste cuando vea que la generación renovable nos sale por las orejas y no salen las cuentas.
Seguro que queda menos para ver el Ebro iluminado completamente por las noches al más puro estilo Almeida. De lo que aquí se trata es que no termine la “fiesta”, el último arreón a una tierra secuestrada y sometida por el bipartidismo y la muleta que nunca faltó.
