Cuando se generalizó la atención primaria, a Torre de las Arcas, un pequeño municipio de la provincia de Teruel, se le asignó un médico y una enfermera el miércoles de cada semana. Así fue hasta el verano de 2022, en el que ya fue muy complicada la visita ambulatoria de atención primaria, aunque existía. Las razones eran las vacaciones veraniegas y la ausencia de médicos en el Centro de Salud de Utrillas, al que pertenecemos.
En el verano de 2023 la situación es la siguiente: la falta de médicos se ha agravado y los pocos que quedan tienen derecho a vacaciones, así que solo cuatro para cubrir las necesidades sanitarias de una población que, como poco, se duplica o triplica en el verano y de la que una buena parte es mayor o padece enfermedades crónicas.
La Dirección Provincial de Atención Primaria, se supone que con el acuerdo de los médicos del Centro de Salud de Utrillas, ha tomado la decisión de que esos cuatro médicos pasen consulta, de 12 a 14 horas, cuatro días a la semana, en lo que se considera que son cabezas sanitarias: Utrillas, Montalbán, Martín del Río y Castel de Cabra.
La conclusión, que el resto de pueblos nos hemos quedado sin médico, aquí venía una hora los miércoles, en un momento del año en el que el consultorio está lleno porque en nuestro caso multiplicamos la población por 100 durante unos días de agosto.
Seguimos con la conclusión. La ausencia de médico obliga a desplazarse como poco a Castel de Cabra, siete kilómetros. Sin medios de transporte públicos, los enfermos que no tengan vehículo propio tendrán que pedir el favor de que los lleven a Castel de Cabra y, una vez allí, cruzar los dedos para que la espera a ser atendidos no sea interminable, ya que además de los pacientes, nunca mejor dicho, de Torre de las Arcas, estarán los de Palomar de Arroyos, Cañizar del Olivar y los propios de Castel de Cabra.
Nuestro problema es así de duro: que este verano hemos perdido nuestro derecho a ser atendidos por un médico en nuestro pueblo.