Por Elena Prieto

Durante una jornada educativa y muy emotiva, los estudiantes descubrieron el valor del trabajo en equipo, la ayuda mutua y la importancia de colaborar con quienes más lo necesitan.

El pasado miércoles, los chicos y chicas de 4º de Primaria vivieron una experiencia diferente fuera del aula: fueron invitados a visitar las instalaciones del banco de alimentos de la Fundación Térvalis. La salida tuvo como objetivo acercar al alumnado a realidades que forman parte de su entorno, pero que no siempre conocen en profundidad.

Al llegar, fueron recibidos por el personal de la fundación, quienes les dieron una cálida bienvenida y comenzaron una visita guiada por las distintas áreas del banco de alimentos. A lo largo del recorrido, los niños aprendieron en qué consiste esta labor tan necesaria: recoger, clasificar y distribuir alimentos para personas y familias en situación de vulnerabilidad.

Uno de los aspectos que más sorprendió al grupo fue descubrir que el trabajo es realizado por personas voluntarias, que dedican su tiempo y esfuerzo a ayudar a los demás. A través de explicaciones adaptadas a su edad y ejemplos muy concretos, el alumnado comprendió cómo funciona la cadena de solidaridad: desde la donación de alimentos por parte de empresas o particulares, hasta la organización de los productos y su entrega a quienes los necesitan.

La actividad no solo permitió conocer una realidad social importante, sino que también ofreció la oportunidad de reflexionar sobre el papel que cada uno puede desempeñar en la construcción de una sociedad más solidaria. Fue una jornada llena de aprendizajes significativos, en la que las emociones, la empatía y el compromiso fueron protagonistas.

Este tipo de experiencias nos recuerdan que la educación va mucho más allá de los libros y que salir del aula para conocer el mundo real puede dejar huellas imborrables. Una vez más, los niños han demostrado que tienen un gran corazón y muchas ganas de contribuir a hacer del mundo un lugar mejor







