Los turolenses están ya acostumbrados a sufrir el ninguneo por parte de las distintas Administraciones que tienen incidencia en su provincia. A lo que no estamos acostumbrados (todo llegará) es a que estas desigualdades se den incluso entre los propios turolenses.
Es surrealista que, habiendo tenido seis meses largos –entre confinamientos y verano- para reparar el puente que une la Nacional 234 entre Fuente cerrada y la Autovía A-23, se haya esperado al inicio del curso escolar para comenzar las obras.
Por si fuera poco el barullo que tradicionalmente acompaña a septiembre con el fin de las vacaciones escolares, añadido extra de Coronavirus este año, los vecinos de las urbanizaciones Valdelobos y Aguanaces nos hemos despertado con que ahora la Guardia Civil impide el paso por la antigua carretera que bordea el maltrecho puente. Carretera por decir algo, ya que el estado del firme es más bien propio de un circuito para 4×4.
Es decir, que a todo lo anterior, habrá que sumar media hora extra con gastos asociados, en un tour por autovía, para cualquier trayecto hasta nuestra ciudad, ¡durante tres meses más!. ¡Chapeau!
Francisco García Domínguez