Manuel Bernad presentará el próximo martes 28 de mayo a las siete de la tarde en el salón de actos del Museo Provincial su libro «Alma cercada» (Editorial Silencio)
El acto será presentado por José Luis Larraz, colabora Papelería Librería Tilos.
Manuel Bernad nació en Herrera de los Navarros (Zaragoza) en 1952. Diplomado en Magisterio y Licenciado en Sociología, ha trabajado de Educador de Protección de Menores en Zaragoza y Teruel. Es autor del ensayo El amor y los mitos (1999) y de dos libros de relatos: La sombra de la luna (2018) y De carrasca (2022).
Durante siete años ejerció su profesión en Teruel y provincia, guardando un recuerdo imborrable de sus tierras y sus gentes. Fruto de ello —y como una muestra de gratitud— escribió el libro La sombra de la luna. Relatos de Teruel, un conjunto de historias de distintas épocas y temáticas con el telón de fondo de las tierras turolenses.
ALMA CERCADA es una novela que recrea la vida cotidiana y el poder transformador de la cultura en una ciudad sitiada por la guerra. Aunque no se hace referencia a ningún lugar, el libro está inspirado en la Guerra de los Balcanes de los años noventa del siglo XX, más concretamente en el Cerco de Sarajevo, que duró casi cuatro años. Algunas historias están sacadas de hechos reales, convertidos en ficción, aunque sobre todo Alma Cercada trata de recrear lo que pudo ser la vida cotidiana de las personas bajo la amenaza de las bombas.
En este escenario un grupo de artistas trata de representar una obra de teatro, se empeñan en mantener viva la llama de la cultura en las condiciones más adversas. ¿Qué les empuja a ello? Tenemos la certeza —dice el director— de que, ahora más que nunca, la cultura es tan esencial como el pan que comemos o el aire que respiramos.
Con prólogo del periodista Jorge Barreno y edición a cargo de Josian Pastor, Alma Cercada se sumerge en las vivencias de una colección de personajes que de un día para otro ven truncadas sus vidas por una guerra que enfrenta a gentes de distintas etnias y creencias que hasta entonces habían convivido mezcladas y hermanadas; un gran caleidoscopio que de repente se convierte en añicos.
Aún así, las personas se resisten a revolcarse en la desesperación, hacen virtud de algo más que la necesidad; hacen virtud del hambre, del frío, del horror y hasta de la propia muerte. Como dice un superviviente dos décadas después, durante el cerco sacamos lo mejor de nosotros. Este libro rinde tributo a las personas, en especial los niños, que sufren la sinrazón de las armas, el sinsentido de las guerras que no cesan. Un pequeño homenaje a las víctimas, a todas las víctimas.
