Las últimas declaraciones del vicepresidente Alejandro Nolasco reúnen tantos aspectos criticables que no sé ni por dónde empezar. Podría recordarle al político de Vox que debería respetar a las personas que representa, porque es el vicepresidente de todos los aragoneses y aragonesas: de los nacidos en Aragón o no; de los de fe cristiana, islámica, la que sea; incluso de las personas ateas. Hay otros aspectos que convendría recordarle también: su escaso disfrute de la riqueza que supone la diversidad (que un hombre blanco en la treintena, un perfil que llamaríamos “normativo” debería apreciar especialmente, por lo que el conocimiento de la diversidad aporta a cualquier persona). Y se lo digo desde Teruel, que es fruto de la convivencia de las tres culturas (cristiana, judía y musulmana), de tres formas de entender el mundo muy distintas, todas válidas.
Podría criticarle también su aparente poco conocimiento de la ley, a pesar de ser licenciado en Derecho. Dele un repaso a la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social. Es importante que no mezcle nacionalidad con permiso de residencia, y añada al guiso la práctica del Islam. Mezclar conceptos que no tienen nada que ver lleva a la confusión, que entiendo es lo que pretende.
Pero lo que de verdad me ofende como mujer es esa aparente defensa que hace usted de nuestro género. Me gustaría que entendiera que las mujeres, las de creencia musulmana, las de cualquier religión, las que no practican ninguna, no necesitan que un hombre venga a defenderlas de nada ni de nadie. Estamos en un estado aconfesional en el que las leyes nos protegen: bastaría con que se aplicaran con rigor. Nuestra Constitución nos ampara, no necesitamos que nos defienda un señor. Ahora bien, donde puede hacer una labor valiosa es en el ámbito político, como vicepresidente del Gobierno de Aragón.
Promueva, en lo que de usted dependa (y se llena la boca con que en el gobierno de Aragón trabajan PP y Vox codo con codo) medidas que fomenten la igualdad real entre hombres y mujeres. Ponga en marcha servicios y recursos que favorezcan la corresponsabilidad y la conciliación laboral, familiar y social; genere normativas que corrijan las discriminaciones laborales todavía existentes, que establezcan políticas que reconozcan la importancia de las tareas de cuidado, que garanticen con acciones concretas la igualdad de oportunidades.
Así, cualquier mujer, rece al Dios que rece, será más libre y estará más protegida. Porque mucha preocupación con el Islam y llevamos una semana negra en materia de violencia de género y violencia vicaria, algo que además su partido descalifica y niega. Y el Islam no ha tenido nada que ver.
Porque esa es otra. Las mujeres que sufren violencia de género no la sufren por ser de una ideología, una creencia religiosa, una edad determinada: la sufren porque sus agresores son maltratadores, agresores, en muchos casos asesinos. Sí, miserables asesinos, señor Nolasco.
Y ya para acabar, me atrevo con una recomendación: deje de promover la crispación y el enfrentamiento en Aragón. ¿No le parece que ya tenemos bastante con lo que hay? Las consecuencias de la batalla que pretende generar con sus palabras pueden hacer mucho daño a la convivencia, especialmente en pequeños municipios, porque sus palabras y actos pueden favorecer que familias enteras queden aisladas de la sociedad. Incluso pueden provocar altercados entre vecinos y vecinas de municipios en los que la convivencia y la interrelación es fundamental para el bienestar social y emocional.
En resumen, le recomiendo que interiorice estas palabras: respeto, convivencia, asertividad y responsabilidad.
Beatriz Redón, Teruel Existe Teruel
