Según publica L.M. G. en el Periódico de Aragón ,la investigación de la Guardia Civil de Tráfico del accidente que anteayer se cobró la vida de dos ciclistas en Botorrita va ofreciendo más detalles de lo que pudo pasar. Los miembros del instituto armado han podido comprobar que, varias horas antes al trágico siniestro, L. M. P., de 62 años y vecino de La Muela, tuvo un accidente leve, tal y como adelantó EL PERIÓDICO.
Ocurrió a más de 54 kilómetros del lugar de la embestida mortal, en la A-23, a la altura del término municipal de Zuera (Zaragoza). Según fuentes consultadas por este diario, se salió de la vía en dirección a la capital aragonesa, llegando a colisionar contra la barrera de seguridad existente en la autovía de Huesca. No obstante, L. M. P. no resultó herido ni su vehículo dañado, por lo que circuló con normalidad y sin que ninguna fuerza de seguridad del Estado fuera conocedora de ello.
Unos hechos que la Benemérita ha descubierto tras realizar un arduo trabajo de visionado de las cámaras de seguridad instaladas en las carreteras aragonesa, pudiendo localizarle en este punto, si bien todavía tratan de determinar el origen de su trayecto. Y es que el conductor no ha podido determinarlo.
Este accidente ya se encuentra en el despacho de la jueza instructora, Natividad Rapún, que lo unirá al resto de diligencias pertenecientes al caso, si bien todavía está inconclusa la investigación. Además de saber dónde estaba el autor de este doble homicidio imprudente, también van a intentar conocer el grado de alcohol en sangre del mismo, debido a que la salida de vía se produjo varias horas antes de triplicar la tasa en aire espirado. En los test de drogas dio negativo.
La Guardia Civil considera que en la embestida mortal de Enrique Comín y Alberto Martínez no se produjo a una velocidad elevada y propia de la vía, la carretera nacional N-330. No había signos de frenada.
