Ayer, después de una intensa y en algunos momentos carnavalesca reunión -y tras leer algo entre líneas- un pensamiento “me encontró”. Era una amalgama de palabras de esas que están por ahí perdidas en la nube, que alguien las pensó un día, las dejó dormir y -como si tuvieran vida propia- al alba me encontraron.
Y es de esas frases que sientan cátedra, que no dudas ni un instante en twittearlas. El mensaje “reza” así: “No conozco la clave del éxito, pero sé que la clave del fracaso es tratar de complacer a todo el mundo” (Woody Allen). Hay gentes que -empeñadas en ser personajes de un solo libro- se empecinan en conseguir el bien parcial, porque esa es su respuesta a la pregunta por el significado de “bien común”. No se trata de complacer a todos, pero al menos debemos escucharlos y acercarnos a una verdad más o menos medible. Hay gente que miente. Yo mismo, alguna vez he mentido.
Hay personas -yo mismo en algunas ocasiones- que pierden el norte si es que alguna vez lo han tenido. En mi norte, quiero creer que busco el bien común. El problema viene porque no me creo que otros –aún con visiones diferentes a la mía- busquen ese bien. Aquí hay mucho que pulir, mucho ego que domesticar. El mío también, por supuesto.
Estarás acabando este artículo, y tal vez dirás: pero este tipo ¿qué me está contando?. Pues este tipo no te lo va a decir, sino que te invita a descubrirlo. En uno de los libros de la Biblia -el Evangelio de San Mateo- se dice: “A vosotros, Dios os da a conocer el secreto de su reino; pero a los que están fuera se les dice todo por medio de parábolas, para que por mucho que miren no vean, y por mucho que oigan no entiendan; a no ser que se vuelvan a Dios y él los perdone.” Dios me libre de creerme que me he tomado el café con él, pero pienso que hoy en día hay muchos que necesitamos parábolas porque no entendemos el significado de la expresión bien común.
Ante una pregunta compleja, que sencillo es empecinarse –un año tras otro- en responder siempre pensamientos sin sentido: la abuela fuma, ¿no?. A ver si todos nos esforzamos en elaborar un poco más los argumentos.
Juan Antonio Martínez Sancho
Hermano de La Salle.
