La compañía de Lagueruela llevará hasta el festival de música su lomo al azafrán y sus bocados de pavo confitado
La compañía de Lagueruela llevará hasta el festival de música su lomo al azafrán y sus bocados de pavo confitado - El evento, que se celebrará en Mozota (Zaragoza), apuesta por los productos en frío de pequeños artesanos para evitar el consumo energético que suponen las cocinas y las foodtrucks
De la provincia de Teruel, a la de Zaragoza. Hasta la localidad de Mozota viajarán los productos de la empresa Laurel y Tomillo, ubicada en Lagueruela, que ha sido seleccionada para formar parte de la oferta gastronómica del festival El Bosque Sonoro. El evento, organizado bajo las premisas de la sostenibilidad y el respeto al medioambiente, tendrá lugar del 1 al 4 de julio y en él participarán artistas como Iván Ferreiro, Novedades Carminha, Mediapunta, Iseo & Dodosound, Irregular Roots, La Habitación Roja, Viva Suecia, La Pegatina, Niños Mutantes y Samba de Praça.
La compañía dedicada a los escabeches estará muy presente en este acontecimiento musical, ya que la carta de alimentos que los asistentes podrán degustar incluirá dos de sus creaciones. La primera de ellas es su lomo al azafrán con zanahoria y cebolletas encurtidas. Y es que, hay que tener en cuenta que el azafrán ha sido un cultivo fundamental en la región de Teruel, habiendo sido la zona de una de las principales exportadoras mundiales de tan delicados pistilos. La segunda elaboración de la compañía local son sus bocados de pavo confitado con tomates desecados al sol en Vilamós, un pequeño pueblo del Valle de Arán ubicado en el pirineo de Lleida.
La productora de Lagueruela ha sido una de las seleccionadas para formar parte de El Bosque Sonoro por su buen hacer y su compromiso con la calidad. Elaboran sus escabechados con recetas centenarias, lo que les confiere un sabor único e inigualable. “Los productores independientes somos los pilares de la diversidad en la alimentación. Conservamos altos estándares de calidad, ofreciendo comida de verdad y saludable. Nos alejamos de procesos industriales, mimando el producto en detrimento del volumen. Dado que la mayor parte nos concentramos en el medio rural, somos un motor de desarrollo para esas zonas, económica y socialmente hablando”, apuntan desde Laurel y Tomillo.
Todos estos valores se alinean con los que promueve el festival de Mozota, que busca cultivar diversidad y preservar el patrimonio agrocultural, al mismo tiempo que ofrece una alternativa de ocio sostenible en el medio rural. “Contra la bio simplificación y en pro del rescate de identidades, hemos querido confeccionar una oferta gastronómica que reivindica las elaboraciones tradicionales, respetuosas con el medio ambiente y sostenibles”, explican los organizadores.
Pedidos vía app y sin contacto ni desperdicio
Para garantizar al máximo las medidas de higiene y prevención, los asistentes al festival deberán pedir su comida a través de la app Watson para que un camarero se la lleve hasta su ‘nido’. De esta manera, no tendrán que desplazarse por el recinto. Asimismo, la configuración del cáterin se ha realizado teniendo en cuenta la cantidad de
asistentes y los reportes de consumo de la edición anterior para poner freno al desperdicio. “Compramos solo los productos necesarios según la cantidad de asistentes, los datos de nuestra plataforma de ticketing y los reportes de consumo anteriores registrados en nuestra app de servicio a mesa”, comentan desde El Bosque Sonoro.
Además de prescindir de las cocinas y las foodtrucks por su elevado consumo energético, el festival ha adoptado otras muchas medidas encaminadas a convertirse en el evento más sostenible del país. Por ejemplo, más de la mitad de la programación será diurna para reducir el gasto en electricidad y se instalarán generadores solares para iluminar zonas comunes como las vías de acceso.
Por otra parte, los vasos y los platos estarán elaborados con fécula de maíz, todas las comunicaciones se realizarán por vía digital, y tanto la cartelería como otros elementos decorativos serán reciclados. Con los residuos orgánicos y el material biodegradable, como los restos de alimentos, se realizará compost.
Por último, y entre otras cosas, se ‘penalizará’ el uso del vehículo particular restringiendo las plazas de parking y cobrando por su utilización. Por el contrario, se invitará a una consumición a quienes acudan al evento en bicicleta o mediante el transporte público.
