En esta primavera y principios de verano se han publicado por parte del INAGA, las
declaraciones positivas de impacto ambiental de los parques eólicos: PE Portalrubio, PE
Morteruelo, PE Piedrahelada y PE Mínguez. Todos ellos ubicados en el término de Portalrubio.
Estos cuatro PE (y con probabilidad el PE Alpeñés, igualmente contiguo a los anteriores) se
proyectan por separado, sin superar ninguno de ellos los 50 MW de potencia, y así se aprueban los informes medioambientales por el INAGA, ya que es competencia del Gobierno de Aragón al no superar la potencia indicada.
Ese fraccionamiento es una simple estratagema para eludir el control de la Administración Estatal que habría sido competente al sumar la potencia de todos ellos, que llega a los 123,7 MW. Todos estos PPEE están colocados linealmente alrededor del núcleo poblacional de Portalrubio, con una separación entre ellos, en algún caso, de menos de 200 m. lo que configura un solo parque eólico y una barrera gigantesca para la avifauna.
Una vez superado el trámite de impacto ambiental, se plantea el proyecto de reunificación y de una línea de evacuación única. Algo que parece, cuanto menos, sospechoso
de algún tipo de ilegalidad, y todo ello con el beneplácito del Ayuntamiento de Pancrudo, del cual es barrio Portalrubio, y del Gobierno de Aragón y resto de instituciones autonómicas.
También resulta curioso que al final de la legislatura se aprueben todos los impactos
ambientales pendientes en materia de renovables de Aragón, como si hubiera intereses
políticos detrás de estos proyectos y supieran que un posible cambio de Gobierno de Aragón podría cambiar el signo de las resoluciones de Impacto y poner en riesgos o paralizar muchos de los proyectos de parques eólicos y sus pingües beneficios.
Desde que tuvimos conocimiento del proyecto para instalar los mencionados PPEE y,
sobre todo, cuando conocimos la ubicación de los aerogeneradores, la plataforma y los vecinos de Portalrubio hemos luchado, con los pocos medios que disponemos, para que la cordura prevalezca en las instalaciones de estos parques y no se aproveche de la España Vaciada para, sin ningún tipo de escrúpulo, hacer negocio. Nos sentimos abandonados, indefensos y agredidos.
Abandonados, porque en ningún momento contemplan la existencia de un núcleo
urbano habitado y la proximidad de los aerogeneradores a él, en muchos casos a menos de 500 m. ya que consideran que está en término de Pancrudo, el cual, está a más de 7 km de
distancia de los PPEE.
Indefensos, porque no tenemos la suficiente fuerza para luchar contra
intereses políticos y económicos de esta magnitud y sobre todo porque el Ayuntamiento de
Pancrudo está a favor de la instalación de los PPEE para conseguir unos ingresos que, por
cierto, no tienen reflejo en mejoras para los habitantes del municipio y de sus barrios, por
supuesto, sin importarle la salud de los vecinos de barrio afectado: Portalrubio.
Y agredidos, porque no sabemos las consecuencias para la salud de los vecinos y animales que viven permanentemente o pasan sus días de descanso en Portalrubio a escasos 500 m. de distancia de estos 26 gigantes aerogeneradores que cuentan con un rotor de 170 m de diámetro y una altura de buje de 115 m. y un área de barrido de 22.698 m2. Por el ruido que producen, el efecto sol sombra, las emisiones electromagnéticas y de microondas.
Pero no solo tendrán consecuencia para la salud humana, serán una aberración para el
paisaje del Altiplano de Teruel.
Estos monstruos serán visibles a kilómetros de distancia por toda la ribera del río Jiloca. Portalrubio está situado en las montañas que recortan el horizonte a la derecha del río, y por la otra vertiente serán visibles en muchos de los pueblos de las Cuencas Mineras.
El desastre medioambiental que producirán será irreparable. La zona en la que están
ubicados estos parques configurados de manera longitudinal y envolvente constituye una
barrera mortal para las aves. Como ya hemos citado, cada uno de los 26 aerogeneradores
barren una superficie de 22.698 m2. que rodean la población de Portalrubio y que constituyen el hábitat natural de varias especies especialmente protegidas y algunas en vías de extinción, como la Alondra Ricoti, los murciélagos de pinar y esteparios, las aves rapaces que anidan y cazan en la zona, y las avutardas que tienen en estos altiplanos la zona de cría de sus proles.
Sin embargo, el INAGA parece obviar estas consecuencias y prioriza el interés económico de empresas y Ayuntamiento, a los medioambientales, que son su razón de ser. En este punto romperemos una lanza a favor de algunos funcionarios del INAGA, que se mantienen firmes en su compromiso con la naturaleza y no han sido cómplices de estas tropelías.
El INAGA ha externalizado muchas de sus funciones en empresas privadas, empresas que en muchos casos realizaban el proyecto de impacto para las empresas eléctricas para más tarde, informar del impacto ambiental encargado por el INAGA.
Teruel, provincia maltratada por las diversas administraciones, sigue siendo el lugar
donde se envía todo lo que el resto de Comunidades Autónomas no admitirían en sus
territorios, (parques eólicos, macro huertos solares, gigantescas granjas porcinas, etc.). Las diferentes instituciones y las empresas implicadas, venden la ilusión de que tales instalaciones proporcionarán trabajo y progreso a la población y la fijan al territorio, algo totalmente falso, que se puede comprobar en cualquiera de estas instalaciones ya operativas.
¿Para qué sirven nuestros representantes en los Ayuntamientos? Los que deberían
defender a sus vecinos se alinean con las empresas energéticas para sacar unos beneficios que malgastan en proyectos peregrinos, alejados de la realidad y, para una población que no existe, porque se ha visto forzada a abandonar sus pueblos ante la imposibilidad de poder crear una familia y mantenerla.
Pero la indefensión llega hasta las Cortes de Aragón, cuando los representantes de la
voluntad del pueblo no cumplen con su deber de legislar en favor de quien los ha elegido, y
facilitar la vida de los habitantes de todos los pueblos de Aragón; los grandes, los bonitos, los pequeños y feos y sobre todo aquellos que se sienten agredidos por enemigos mucho más poderosos que ellos.
Y no hablemos del Gobierno de Aragón, que ha maniobrado torticeramente para
facilitar las mencionadas instalaciones sin importarle la salud de su población, el medio
ambiente y mucho menos, el progreso de su tierra.
¿Qué podemos hacer las plataformas y asociaciones que estamos luchando para
intentar paralizar la destrucción de nuestra provincia? Básicamente, mantenernos unidos y
apoyarnos mutuamente en todas nuestras acciones y reivindicaciones.
¡Teruel existe y Portalrubio Rexiste.